martes, 2 de septiembre de 2008

Las tres rejas

El joven discípulo de un filósofo sabio llega a casa y dice:

- Maestro, un amigo habla de ti con malevolencia...

- ¿Hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?

- ¿Las tres rejas?- preguntó él.

- Sí, la primera es la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?

- No, lo oí comentar a unos vecinos.

- Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Eso que deseas decirme, ¿es bueno para alguien?

- No, en realidad, no. Al contrario.

- ¡Ah, vaya! La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta?

- A decir verdad, no.

- Entonces... -dijo el sabio sonriendo-, si no es verdad ni bueno ni necesario, sepultémoslo en el olvido.

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Muchas veces olvidamos pasar por la primera reja lo que nos cuentan otras personas, las cuales en ocasiones, nos transmiten sus propios pensamientos intentando que nos llegue a molestar algo que hasta entonces, era desconocido para nosotros.

Otras veces, somos nosotros los que olvidamos pasar ciertos momentos por la segunda y tercera reja, ocasionando molestias innecesarias a otros.

Tal vez, al pasar la última reja, añadiría;

¡Vive y deja vivir!

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