Aunque teóricamente la sociedad se preocupa cada vez más por la conservación de la naturaleza, las enseñanzas que ésta nos ofrece no siempre son atendidas. Es el caso de la lección que durante siglos nos viene ofreciendo el bambú asiático. ¿La conoces?
El bambú asiático es una planta que después de más de 5 años de riegos, aportación de fertilizantes y otras labores de cultivo, a penas se desarrolla lo suficiente como para hacerse visible.
A primera vista parece incapaz de crecer a pesar de todos esos cuidados. Sin embargo, tras ese período de tiempo de aparente inactividad, llega un momento en el que empieza a crecer a un ritmo tan vertiginoso que en algo más de dos meses alcanza una altura de más de veinte metros.
Aunque te sorprenda, los tallos de bambú en esos meses pueden llegar a crecer treinta centímetros cada día.
Resulta que lo que esta planta hace durante los años previos en los que apenas se eleva por ecima del suelo, a pesar de las atenciones que recibe, es desarrollar unas formidables raíces que le permiten crecer a ese ritmo tan acelerado cuano le llega el tiempo de hacerlo.
¿Qué pasaría si los cultivadores de bambú se desanimaran al no ver respuesta a sus esfuerzos, y dejaran de abonar y cuidar la planta durante los cinco años anteriores a la fase de crecimiento explosivo?
¿Qué te pasará a ti si dejas de estudiar, trabajar, luchar y creer en ti mismo, porque no recibes una respuesta inmediata a tus esfuerzos? ¿Tendrás las raíces adecuadas para aprovechar las oportunidades que en su momemto se te presentarán?
Aprende a vivir de acuerdo con la lección que el bambú te enseña.
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